El cuarto dia tuvo una clara división, por la mañana parecía que estábamos en el cielo, y por la noche en las tinieblas.
Nos despertamos y, como cada mañana, bajamos a hacer ejercicio para calentar. Posteriormente cogimos fuerzas en el desayuno, pues, nos esperaba toda una mañana de olimpiadas. Nos enfrentamos a todo tipo de pruebas como: fútbol, baloncesto, carreras de carretillas…
Al mediodía, pudimos compartir la eucaristía con el obispo D. Jesús Vidal que nos habló sobre la vocación al sacerdocio, y el amor que Dios nos tiene. Después de comer, pudimos disfrutar de varios juegos de mesa, y de un divertidos partido de fútbol. La tarde concluyó con las catequesis y la merienda.
Cuando anocheció, comenzaron las tinieblas, nos pusieron a todos en fila para anunciarnos que habían entrado unos psicópatas que habían escapado de un manicomio y se encontraban bastante hambrientos, y escondidos bajo la sombra. Tuvimos que superar diversas pruebas con payasos, zombies, caníbales y asesinos; y, por si no fuera bastante, nos hicieron entrar individualmente al comedor con todos los criminales juntos y con una terrorífica sorpresa: el maestro de los delincuentes era un caballo y nos pidió hacer la prueba final, que era descifrar un jeroglífico.
Tras una espeluznante pero divertida velada del terror, cerramos el día dándole gracias a Dios y pidiéndole perdón por nuestras faltas. Mañana nos espera otro gran día, y de piscina!!