Entendemos nuestro colegio como una familia donde cada persona trae consigo a su propia familia, su historia, su fuerza y su debilidad. Es en la fraternidad como cada uno nos construimos, caminando juntos, superando conflictos y celebrando la alegría de sentirnos hermanos, refiriéndonos siempre al Padre común que no llama a cada uno a un camino propio y único.
La familiaridad, la pertenencia, la certeza de estar en casa, en el hogar, son signos muy cuidados en nuestro centro donde todos nos conocemos por nuestro nombre.