Ultimo día…pero vaya pedazo de día!! La mañana comenzó a ritmo de música y entrenamientos; terminamos de desayunar, nos fuimos a ofrecer el día y a hacer las tareas. Una vez terminó el deber comenzó el placer, esta vez tuvimos la eucaristía por la mañana; y como ya os hemos contado otras veces, el Señor nos hacía otro regalo: poder celebrar en miércoles la misa de San Jose y las lecturas del día hablaban de José. Tras una misa dedicada a un humilde carpintero que nos cuida y nos enseña como enseñó al mismo Dios, nos equipamos bien porque nos fuimos de ¡marcha! A lo largo de la mañana tuvimos una pequeña peregrinación (en la que no tuvimos ningún herido ni lesionado) que concluyó en la piscina!
La tarde la pasamos en la piscina, al ritmo refrescante del agua, de las cartas, de los juegos de mesa y de amigos. Tras un día completo y agotador, volvimos al campamento para ducharnos y reponer fuerzas tanto físicas como espirituales. Las físicas las recargamos rápido con una fantástica cena en la que no sobró absolutamente nada; las espirituales las recargamos con Él. La ultima noche fue la noche más especial, tuvimos una adoración en la que Él nos miraba y nosotros le mirábamos, en la que pudimos abandonarnos y darle gracias por todo lo que nos había dado y quería seguir dándonos. Jesús cuenta contigo, cuenta contigo para lo pequeño y lo no tan pequeño.