Todo el campamento lo hemos aprovechado hasta el último minuto, las ultimas horas del campamento no podían ser menos.
Nos levantamos bailando y bajamos corriendo a entrenar. La mañana estaba medida hasta el ultimo segundo. Después del desayuno aprovechamos a dejar las maletas preparadas y todo listo para poder limpiar sin problema. Una vez acabamos las maletas nos enfrentamos en la prueba final de las olimpiadas. Tras una semana de competición, hoy se vería quien sería el ganador. La prueba final consistió en un circuito de relevos en el que todos los participantes del equipo debían competir. Primero encestar tres canastas, luego un sprint al campo de futbol, donde al final del mismo debían chutar a puerta y marcar con dos porteros, después una carrera de arrastre, seguida de otra carrera a la pata coja, para finalizar con tiro al arco. Tras una dura y sufrida competición, los ganadores fueron los Vendetta; en segundo lugar quedaron los Halcones, en el tercer puesto los Mochuelos y en el cuarto los Pumas Furious.
A continuación, tuvimos la última eucaristía, donde dejamos las rivalidades a un lado y volvimos a ir todos a una gracias a Él. Jorge nos habló de las maravillas que el Señor había hecho con nosotros estos días y las que quiere seguir haciendo. Después de descansar en el Señor, y darle gracias, terminamos la mañana con el último partido de futbol y unas equiparaciones que nos regalaron. Parecía la final de la Champions.
En cuanto la Champions acabó, nos fuimos a comer, dejamos toda la casa limpia y nos subimos al bus con mil y una historias que contar en casa, con ganas de llevar todo lo que el Señor había hecho con nosotros ahí a donde se nos enviase. Y por supuesto, con ganas de repetir el año que viene!