En esta sección de Conociendo a… le llega el turno a uno de nuestros formadores, D. Iñaki Martín Errasti.
Samuel: Muy buenos días, ¿listo para sufrir con nuestras preguntas?
Iñaki: Muy buenos días. Sí, claro que sí. ¡Encantado de tener esta entrevista!
S: ¿Cómo fue tu infancia, en el ámbito escolar, con los amigos, familia? I: Mi recuerdo más importante es el de la vida en casa con mis padres y mis tres hermanos; yo soy el pequeño de la familia. El Señor me ha regalado una familia estupenda con unos padres muy entregados. También tengo muchos recuerdos de mi colegio, el Colegio San Agustín, donde pasaba muchas horas del día. Allí estuve trece años y de ahí conservo a mis grandes amigos. Fueron muy buenos años. En el Colegio sacaba buenas notas.
S : ¿Cómo era tu relación con Dios en ese momento?
I: Era una relación quizá no muy profunda; estaba muy basada en lo que se vivía en casa y en el colegio; recuerdo con mucho cariño el día que me confesé por primera vez y el día de la Primera Comunión. Recuerdo también la Misa del domingo en la parroquia que estaba cerca de mi casa y rezar por las noches antes de dormir. Pero no era un chico especialmente piadoso ni cercano a Dios.
S: ¿Cuál fue la experiencia en la que notaste que Dios te llamó con más fuerza?
I: Recuerdo dos caminos de Santiago que me dejaron una huella especialmente fuerte; el que hice al acabar 2º de Bachillerato con la parroquia, que me animó a permanecer en grupos de jóvenes allí y el que hice unos años después, ya en los años de universitario, después del cual decidí entrar en el Seminario.
S: ¿Cómo le comunicaste la decisión a tus seres queridos? ¿Fue fácil? ¿Te apoyaron?
I: Me costó muchísimo decírselo, quizá porque sabía que les iba a sorprender. De hecho, así fue; pero con el tiempo vieron que este camino era el que me hace feliz y eso es lo que para ellos es más importante.
S: Cuéntanos un poco sobre tu experiencia en el Seminario. ¿Se hace largo? ¿En algún momento te planteaste abandonarlo?
I: Son años que se pasan muy rápido, que me influyeron mucho y donde conocí mejor al Señor, a su Iglesia y a los que ahora son mis hermanos sacerdotes. No me planteé dejarlo, aunque a cada rato me daba cuenta de que sin el Señor es imposible hacer este camino.
S: Hoy, eres formador de esta familia Arzobispal. ¿Te ves en algún sitio que no sea este?
I: Estoy cada día más contento aquí y dispuesto a seguir muchos años; pero como sé que aquí no elegimos nosotros, también estoy dispuesto a hacer las maletas hoy mismo si el Obispo así lo quiere.
S: Como todos sabemos, llevas una comunidad vocacional. ¿Qué significa para ti esto, estar acompañando en su camino a un grupo de chavales, que están buscando lo que tu encontraste con su edad, la llamada de Dios?
I: Es un privilegio el poder compartir la vida con estos chicos y para mí resulta una ayuda también en mi camino de sacerdote. Los seminaristas menores son un regalo inmenso.
Dinos, el profesor con el que mejor te llevas, y con el que menos afinidad tienes
I: Con el que mejor, obviamente con Jorge, con quien comparto la misión y el sacerdocio. Con el que menos, con Marcos, que me hace bullying (risas); es broma, es un crack y un genial director. ¿Por qué eres fan del Bilbao, si no paráis de palmar? (Como la Supercopa por ejemplo)
I: Porque muchos me confunden con Iñaki Williams por la calle (risas).