El día de ayer fue guerrero. Estuvo marcado por el juego nocturno de Rommel y Montgomery. Por la mañana tuvimos olimpiadas y explicación del juego con un pequeño zumo para descansar.
La clasificación se está poniendo interesante. La Xavineta y los 9 Templarios han tomado la delantera y Cachopower Bresileiros y los Pavos Rangers están más rezagados. Los deportes fueron balón prisionero y futbeisbol. Se nota la tensión y las ganas que tenemos todos de ganar. Se respira competitividad y a la vez mucho compañerismo.
Después de comer, donde algunos probamos por primera vez los champiñones, hubo tiempo libre y catequesis, esta vez sobre el pecado. El misterio que lo rodea, las dificultades que nos encontramos y la misericordia y el amor de Dios con el que nos encontramos.
Merendamos y a jugar. El juego de ayer consistía en conseguir comida. Como el milagro de San Isidro, mantener el caldero lleno. Había varias pruebas a lo largo del campamento donde conseguir fichas que canjear por comida. Tirasoga, pictureca, mimo, duelo de espadachines, castillo de vasos o doble o nada. Había unos bandoleros que intentaban robarte la comida y de los que teníamos que huir. Lo pasamos muy bien en cada una de las pruebas y Cachopower Brasileiros y Los 9 Templarios arrasaron.
Después fuimos a la ducha para preparar la eucaristía, esta vez de domingo. Cenamos rápido y empezamos a preparar el juego nocturno.
Dos equipos. 30 roles. Un campo de batalla. Una estrategia. Liderados por dos generales el juego fue muy emocionante. Para ganar había que capturar la bandera del equipo contrario. Montgomery fue derrotando a muchos de los altos cargos de Rommel y acorralando a su bandera. Esta, con mucha astucia, se escabulló del enemigo durante la mayor parte del combate. Rommel se fue quedando sin cargos y finalmente Montgomery capturó la bandera.
Completamos el día rezando y entregando el premio al acampado del día a Dani Torres por su ejemplo de actitud y esfuerzo.