El semanario católico Alfa y Omega ha publicado un artículo sobre el día a día del Colegio Arzobispal y la realidad del Seminario Menor. Para ello, ha entrevistado a diferentes alumnos, a nuestro director, Marcos Hermosel y a uno de los formadores, Iñaki Martín.
«Para ir al Colegio Arzobispal no hace falta querer ser sacerdote»
Con 136 alumnos, este centro busca ante todo formar buenos cristianos. Ofrece un ambiente donde vivir la fe sin complejos y, para quienes lo deseen, itinerarios más intensos de discernimiento y vida comunitaria.
En cualquier caso, a todos les dan clases, pero también les ofrecen acompañamiento. Lo que requiere «una mirada especial sobre los chicos» y la implicación de profesores, orientadores, del jefe de estudios y del director. Entre los educadores también hay mujeres, pues aunque los alumnos son todos varones, el centro sigue las recomendaciones del Sínodo, que pide la incorporación de perfiles femeninos a la formación de potenciales aspirantes al sacerdocio. «Cuando se imparten los contenidos sobre afectividad y sexualidad, siempre los dan a la vez un hombre y una mujer», explica el director del centro, Marcos Hermosel.
Además, como medida reciente, «nos están ayudando seminaristas de último curso» que viven «como una parte de su formación» acompañar a los chicos en actividades y tener alguna conversación con ellos, explica Martín. Es positivo para todos porque, si van a dedicar su vida al servicio, les viene bien empezar ahora
