Entre el 31 de octubre y el 3 de noviembre, el equipo directivo del Colegio Arzobispal ha tenido la oportunidad de vivir una experiencia muy especial: participar en el Jubileo del Mundo de la Educación 2025, un encuentro internacional que reunió en Roma a educadores y responsables de colegios de todo el mundo bajo un lema que nos toca de lleno: «Educar es un acto de esperanza».
Encuentro con nuestro nuevo Papa
Sin duda, uno de los momentos más emocionantes fue la audiencia convocada con el Santo Padre. Sus palabras, sencillas y profundas, nos animaron a seguir educando con alegría, paciencia y confianza. Cada alumno es un mundo y acompañarles en su crecimiento es una auténtica misión de esperanza.
Oración, recuerdo y agradecimiento
El viaje también tuvo un espacio importante para la oración. Participamos en la Eucaristía por los fieles difuntos en la parroquia de la Santa Croce, donde rezamos de manera especial por todas las personas que ya descansan en el Señor.
A lo largo del Jubileo, tuvimos muy presentes a todos los que formáis parte del colegio: alumnos, profesores y familias. En cada celebración, en cada rato de silencio, hubo una oración dedicada a vosotros, para que el Señor siga acompañando vuestro camino y llenando de luz la vida escolar.
El Jubileo ofreció una gran variedad de encuentros formativos, conferencias y testimonios que nos han ayudado a mirar la misión educativa con nuevos ojos. Se habló de la importancia de educar desde la esperanza, de acompañar a los jóvenes en un mundo que cambia a gran velocidad, de construir escuelas que sean hogares donde todos se sientan acogidos.
Por supuesto, no faltaron los momentos para visitar algunos de los lugares más emblemáticos de Roma.
Además, durante estos días se vivió algo muy especial: la proclamación de San John Henry Newman como Doctor de la Iglesia y patrono de la educación católica. Newman siempre insistió en la importancia de la formación integral y del acompañamiento personal, así que esta noticia no podía llegar en un momento más significativo.
Volvemos con el corazón lleno y la mirada hacia lo alto
Después de estos días tan intensos, volvemos a Madrid agradecidos y llenos de ilusión. La experiencia ha sido un soplo de aire fresco y un recordatorio de que educar es, realmente, un acto de esperanza que nos impulsa a mirar siempre «hacia lo alto».
Regresamos con nuevos retos, con muchas ganas de seguir creciendo juntos y con el compromiso firme de seguir construyendo cada día una comunidad educativa más viva, unida y alegre.









