El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres. El segundo día del campamento ha estado marcado por la alegría: comenzaron las Olimpiadas, España paso a semifinales y el Señor está pasando por nuestra vida.
Tras un primer día intenso, empezamos el segundo día con uno de los monitores tocando la trompeta nada más despertarnos que nos bajó a entrenar. Cuando terminamos el desayuno nos encomendaron las tareas a cada uno de los grupos: fregar, limpiar los baños, poner y quitar las mesas para las comidas y redactar este diario. Una vez acabado el deber, comenzó el placer: dieron el pistoletazo de salida de las Olimpiadas; las pruebas en las que nos enfrentamos fueron: fútbol, carreras de carretillas, atrapa la bandera y el baloncesto. Fue una mañana emocionante y la tarde no iba a decepcionar.
Después de comer tuvimos un poco de tiempo libre en el que jugamos a juegos de mesa, y más tarde, tuvimos las catequesis en las que hablamos de San José y sus labores como patrón de la Iglesia.
El momento decisivo del día, llegó a las 18:00h cuando comenzó el partido de Suiza – España en el que estuvimos animando a nuestra selección. Tras un apasionado y frenético partido en el que llegamos a los penaltis España volvió a cantar victoria. Nada más terminar el partido, subimos a ducharnos y a prepararnos para la eucaristía. Fue una bonita misa en la que hablamos sobre un hombre lleno de pecados que encontró al Señor cuando estaba entre rejas y con la muerte asegurada. Al terminar la misa, fuimos a cenar y nos vino a visitar un seminarista llamado Miguel Angel que nos trajo unas tartas de postre. Después de un día lleno de emociones, nos habíamos ganado un merecido descanso, cerramos el día con completas y nos fuimos a dormir para reponer las fuerzas.