Nos levantamos y empezamos como todos los días con un poco de ejercicio, luego preparamos la misa que hoy teníamos por la mañana. La lectura del día era la de Jesús en el mar de Galilea increpando al viento y el mar para que cesaran. Por la mañana hicimos las olimpiadas que estuvieron formadas por partidos de fútbol, rugby y baloncesto.
Después de comer tuvimos un momento de catequesis para aprender un poco de la vida de Juan Pablo II y las virtudes. Aprendimos que Juan Pablo II tuvo una vida muy dura (especialmente en la Segunda Guerra Mundial y en la Polonia Soviética) pero eso no le hizo flaquear su fe, sino que mantuvo la esperanza.
Después hicimos una actividad de fabricar cohetes. Los cohetes los hicimos de botellas de plástico, corchos y papel pluma para los alerones. Los decoramos, los dimos nuestro estilo y los pusimos a prueba. La mayoría voló muy alto, ¡por encima incluso de la casa de alojamiento! Los monitores hicieron un cohete especialmente grande llamada “Papá cohete”, que pese a su gran tamaño no funcionó como se esperaba.
Ya por la noche jugamos a un juego llamado Rommel y Montgomery (o Estratego). Es uno de los juegos más esperados por los niños del campamento. Nos dividimos en dos bandos bajo las órdenes del general Rommel (Pablo Murga) y el general Montgomery (Jimbo). Hubo mucha competencia y los dos ejercieron de estrategas para la gran batalla. La batalla estuvo llena de muchos giros inesperados como la eliminación del mariscal de Montgomery por parte del pequeño José, que despistó a todo el equipo de Montgomery haciéndoles pensar que él era la bandera. Concluido el juego acabamos el día dándole gracias a Dios por la jornada y rezando juntos completas.