- No improvises. Piensa el día anterior qué vas a hacer; no dejes que la cosa fluya, porque fluirá con toda probabilidad hacia donde tú no quieres.
- Pon todo en manos del Señor. No te conformes en tu relación con Él con el precepto dominical. ¿Puedes bajar a Misa a diario? ¿Y rezar un rato? Tienes las lecturas del día, la Liturgia de las Horas, el Rosario, la lectura espiritual, el examen de la noche… No hace falta que hagas todo, pero seguro que puedes mantenerte cerca de Jesús con alguna de estas cosas.
- Dedica tiempo de calidad a tu familia. Come con calma con tus padres y hermanos. Propón algún plan para hacer juntos (ver una peli o un partido; dar una vuelta y charlar un rato con ellos; rezar juntos; echar una partida a las cartas o a juegos de mesa, hacer algún apaño en casa…).
- Queda con tus amigos (y amigas). Busca un plan bueno y sano con los del Cole, o los de tu anterior cole, o los del barrio o parroquia. Si no sale nada, propón tú algún plan; seguro que alguien está deseando también hacer algo.
- Haz tarea y estudia. No lo dejes para cuando vengan los exámenes; puedes ir leyendo, pasando a limpio los apuntes, subrayando, haciendo esquemas… No te pegues el atracón en dos fines de semana, sino que aprovecha todo el año para llevar las cosas al día.
- Cultiva tu alma. Puedes leer un libro, tocar un instrumento, visitar algún sitio chulo por Madrid o alrededores. Puede ser una idea para hacer también con familia o amigos. Ya sabes lo que dicen: mens sana…
- Cuida tu cuerpo (…in corpore sano!). No trasnoches y aprovecha para dormir más. Haz deporte y sigue una buena alimentación.
- No te dejes engañar. Hay cosas que están hechas para enganchar con algo profundo en ti y robarte la libertad: redes sociales, series o juegos de móvil u ordenador… de todo esto, cuanto menos, mejor.
- Date a los demás. Sirve en casa, visita a los abuelos si tienes oportunidad, baja a la parroquia a echar una mano en la Misa o en las catequesis, apúntate a un voluntariado… aprende que lo mejor de la vida está en darla a los demás.
- Haz algo que no te apetezca. El fin de semana o las vacaciones no son un oasis de libertad en medio de una vida esclavizante. Es un tiempo para seguir creciendo y para vivir mejor el resto de la semana. Aprende el valor de la abnegación y de retrasar la gratificación. ¡Verás cómo así sí que eres más libre cada día!