QUIÉNES SOMOS
FAMILIA DE FAMILIAS
Entendemos nuestro colegio como una familia donde cada persona trae consigo a su propia familia, su historia, su fuerza y su debilidad. Es en la fraternidad como cada uno nos construimos, caminando juntos, superando conflictos y celebrando la alegría de sentirnos hermanos, refiriéndonos siempre al Padre común que no llama a cada uno a un camino propio y único.
La familiaridad, la pertenencia, la certeza de estar en casa, en el hogar, son signos muy cuidados en nuestro centro donde todos nos conocemos por nuestro nombre.
01.
Escuela de Padres
Los encuentros con las familias se llevan a cabo una vez por evaluación con una doble función: informativa y formativa, buscando el trabajo conjunto de la comunidad educativa. Constan de dos partes: una general para todas las familias dirigida por el equipo directivo y otra por grupos dirigida por el tutor.
02.
Encuentros de Familias
Desde el Colegio Arzobispal-Seminario Menor de Madrid queremos potenciar constantemente la familiaridad, esa experiencia de hogar que hace que el nuestro sea un colegio tan singular. Para ello, organizamos también encuentros entre familias y con el equipo docente donde compartimos juntos un tiempo de convivencia. Es en la construcción de la relación entre todos los agentes, como vamos caminando hacia una misma dirección y colaborando estrechamente para construir personas solidarias, competentes y felices.
03.
Tutorías Personalizadas
El primer interlocutor con las familias en el Centro es la figura del tutor que atenderá las necesidades planteadas por las familias. Para ello tendrá una hora fijada en horario de atención a padres y otra específica de atención a alumnos. Previo acuerdo podrían concertarse citas en otros momentos.
04.
Celebraciones
Entendemos que celebrar es una necesidad del ser humano, y cuánto más si reconocemos que todo lo recibido es un don. Desde el Colegio Arzobispal queremos cuidar ese carácter festivo, celebrativo que nos pone en relación y nos señala el camino de la alegría bien vivida como un gesto profundamente humano. Tenemos dos grandes festejos: la fiesta de Navidad y el final de curso; donde celebramos la Eucaristía, contemplamos algún momento musical preparado por los alumnos y compartimos juntos algo de comer y beber. Siempre, en ese clima de familia que se junta y se alegra del tiempo compartido.