Los primeros días en el Colegio Arzobispal, me sentía un poco incómodo porque no conocía a mis profesores ni a mis compañeros.
A las 8.30 que es la hora a la que entraremos todos los días, nos esperaba Maxi quien iba a ser nuestro (tutor) Cuando fuimos entrando al colegio, Maxi nos estuvo explicando quienes iban a ser nuestros profesores de otras asignaturas.
Con el paso de los días, nos fueron enseñando las instalaciones pero lo que no vimos fue el seminario mayor por dentro. El seminario mayor es el sitio al que los que han terminado el bachillerato y quieren ser curas pueden ir.
Unos días más tarde, el colegio tenía pensado irnos a dar una vuelta al parque del oeste, me sentía mucho mejor por el cambio de colegio e iba conociendo a mucha más gente.
Más tarde nos paramos a tomar el bocadillo y hablar entre nosotros para irnos conociendo aún más. Ya de vuelta al colegio, como nos quedaban 30 minutos para que terminase la jornada, nos estuvo contando de que todos los días después del patio tendríamos 30 minutos de siembra que podían ser: Vida cristiana, eucaristía, oración en clase o en capilla, a mi me pareció bien a sí sabíamos mas de religión y de Jesús.
El viernes, nos estuvieron haciendo unas pruebas para ver el nivel que teníamos en cada asignatura, y para ver en que nos tienen que ayudar, cuyo nombre tienen esas pruebas eran Evaluación inicial.
Fue una semana muy completa en el Colegio Arzobispal, y desde entonces todas han tenido algo de especial.