La Archidiócesis de Madrid cuenta con dos nuevos obispos auxiliares electos. El papa Francisco ha elegido a José Antonio Álvarez Sánchez y Vicente Martín Muñoz para que ayuden y apoyen a don José Cobo en su labor pastoral. Para el Colegio Arzobispal esta buena noticia para la Iglesia madrileña es aún más especial. En la familia del Seminario Menor, el que será monseñor Álvarez siempre ha sido Pepe, y junto a él hemos rezado en nuestro tiempo de Siembra una vez conocido su nombramiento.
Su vida sacerdotal está, como él mismo ha recordado ante los alumnos, estrechamente ligada al Colegio Arzobispal: aquí fue enviado como seminarista, después como presbítero y ahora como rector del Seminario. «Esta es una casa muy querida para mí, ojalá siga iluminando la vida de tantos como lo ha hecho hasta ahora», ha pedido.
«Merece la pena vivir, la vida es un regalo, un don apasionante»
La familia educativa se ha reunido en la capilla del centro para pedir por los nuevos obispos auxiliares y por todos aquellos sacerdotes que el Señor pone en nuestro día a día. Unos minutos de oración en los que se ha proclamado el Evangelio en el Pedro repite por tres veces a Jesús que lo ama. Pepe ha comentado que esos versículos son especialmente importantes en su historia de vocación y ha adelantado a los alumnos el que será su lema episcopal: «Sígueme».
La vocación es uno de los pilares del Colegio Arzobispal y el obispo auxiliar electo ha querido comentar con los chicos lo fundamental de esa llamada que nos hace el propio Dios. «La vida es un regalo y quien responde a lo que Dios quiere, es feliz», ha explicado. A los adolescentes les ha pedido que crean verdaderamente que la vida es «apasionante y merece ser vivida».
«Esta es una casa muy querida para mí»
Antes de terminar poniéndonos en manos de María, Pepe ha querido compartir con nosotros cómo fue el momento en el que se enteró de su nombramiento: «Me vi superado, pero he aprendido que hay que fiarse del Señor».
El pequeño rato de oración ha terminado con una petición del propio rector a los alumnos y profesores: «Rezad por mí». Lo haremos.
Redacción ‘Día a día’