La catedral de La Almudena se ha llenado de alumnos de muchos de los colegios diocesanos de Madrid. Cientos de chicos se han acercado al centro de la capital para celebrar con el arzobispo, don José Cobo, la Pascua.
El cardenal ha comenzado la celebración eucarística del mismo modo en el que la ha terminado: pidiendo a los jóvenes que griten al mundo que Jesús ha resucitado. No ha sido algo metafórico, a una palabra de don José, los colegiales madrileños han elevado su voz para que «en las piedras de la catedral» quedase grabada esa buena noticia. Ha sido uno de los momentos más divertidos de la mañana, al tiempo que uno de los más profundos en cuanto a su significado.
El arzobispo de Madrid ha presidido la misa acompañado de muchos de los sacerdotes que realizan su labor pastoral en los colegios de Madrid. A todos ellos les ha agradecido su trabajo y a sus alumnos les ha pedido que les cuiden. También ha habido palabras de reconocimiento para los docentes y para los propios chicos, testigos de la alegría de la Resurrección.
Para poder ser plenamente conscientes de la verdadera presencia de Cristo, don José ha explicado a los colegiales cómo hacerse con «las gafas para ver a Jesús». Lo ha hecho con tres sencillas propuestas y ha encargado a formadores y docentes la tarea de ampliar la lista. En cuanto a las palabras del cardenal, la primera clave para adquirir esas lentes está en juntarse con otros cristianos. El arzobispo de Madrid ha puesto en valor la verdadera amistad y ha recordado a los chicos que es importante pedir ayuda «cuando no estoy bien».
El segundo paso que nos permite obtener las «gafas para ver a Jesús» está en la celebración de los sacramentos sabiendo, por ejemplo, que Cristo nos habla en cada Eucaristía, aunque para escucharlo hay que estar «bien atento». Por último, don José ha puesto el foco en la oración y ha animado a la familia educativa a enseñar a rezar a pequeños y mayores. Hay que hablar al Señor, pero también «debemos escuchar lo que nos dice».
Como toda buena celebración pascual, la misa ha terminado con los tradicionales huevos de chocolate que el Arzobispado ha regalado a los alumnos de la capital y con un gran foto de familia a los pies de la catedral.
Redacción ‘Día a día’