El Colegio Arzobispal acoge todos los años una serie de conferencias destinadas a los padres de los alumnos y a todos aquellos que quieran pasarse por el Seminario Menor para escuchar y aprender de la mano de expertos en diversas materias. La primera sesión de los Marzotalks 2024 ha estado protagonizada por Rocío García de Leániz, coordinadora de Empantallados, la plataforma que ofrece herramientas para hacer de móviles, tablets y ordenadores un aliado de la educación.
Tendemos a pensar que las pantallas son el enemigo a batir. Frente a esta idea, García de Leániz habló de «reconducir los hábitos digitales» de los niños y adolescentes para hacer de ellos «ciudadanos digitales competentes». Los móviles y compañía ya nos van a desaparecer por lo que no tiene sentido vivir de espaldas a ellos. Por eso, la propuesta de Empantallados se sostiene en tres pilares: información, recursos prácticos y actitud.
Es necesario educar para hacer de los jóvenes «ciudadanos digitales competentes»
Los expertos son conscientes de que la tecnología esta dando forma a una generación en la que la «atención se monetiza», la gratificación es «instantánea» y se vive a medio camino entre lo superficial y lo emocional. Lejos de fatalismos, García de Leániz propuso a los padres un refuerzo en valores como la paciencia, el aprovechamiento del tiempo y una autoestima que no se base en los «likes».
Los peligros están ahí y desde Empantallados advierten de riesgos como la hipersexualización, la adicción, o la posibilidad de entrar en contacto con anónimos peligrosos. Dejando al margen cualquier solución buenista, nuestra experta abogó por los «contratos entre padres e hijos», un texto realista en el que la educación del niño es lo primero y en el que no pueden descartarse actitudes como la de revisar el móvil al hijo. «No buscamos el cotilleo, buscamos su seguridad», concluyó.
La web de Empantallados ofrece recursos de todo tipo, pero ninguno es más importante que el ejemplo. Los adultos son el modelo a seguir por los pequeños de la casa y deben ser un buen modelo de conducta. Ellos necesitan «padres que les acompañen» en ese proceso de digitalización. Si el móvil es una extensión de nuestro brazo y el tiempo con los hijos se convierte en un periodo marcado por interrupciones, vistazos al Instagram y respuestas inmediatas al WhatsApp el ejemplo es pésimo y cualquier propuesta en positivo tiene pocas posibilidades de funcionar.
Redacción ‘Día a día’